Sobre mi

En ocasiones veo leyes

Abogado al borde de un ataque de nervios. Pixabay.

Dicen las malas lenguas que en una clase de Derecho Civil la profesora le preguntó a uno de los alumnos:

– Muñoz, ¿Cómo regalaría usted esta naranja?

– Toma, te la regalo- respondió el alumno con naturalidad

– ¡No!- respondió la profesora, -Tiene que pensar como un verdadero abogado-.

El alumno se quedó pensando durante un rato y luego contestó:

– Por medio de este acto, de forma voluntaria, libre y expresa te hago entrega de la nuda propiedad de este bien fungible, para tu uso y disfrute en cada una de sus partes y cuanto le sea inherente, incluyendo la pulpa, la piel, el jugo y las semillas. Quedando entendido que podrás cortarla, morderla, congelarla o ejercitar sobre ella cualquier acción incluyendo el derecho de ceder su posesión o propiedad a un tercero en todo o en parte, con semillas o sin semillas…

Este chiste malo de abogados tiene cierta gracia porque muestra una realidad:

Las dificultades para una persona ajena al mundo del Derecho de atravesar un proceso judicial o resolver un problema legal sin perder la cabeza por el camino.

Una y otra vez las personas que tienen que meterse en juicios se quejan de sentirse abrumados y estar perdidos en la propia maraña del proceso y el lenguaje técnico de la disciplina.

Para mucha gente esta es su experiencia con el sistema judicial

De esa experiencia desafortunadamente tan común nace el nombre de esta página.

Y de nuestra pasión por el Derecho y la divulgación nace esta web, cuya ambición no es otra que descifrar los entresijos del universo jurídico y hacer masticables sus instituciones y procedimientos para el gran público.

Como dijo el gran Carlos Candiani en esta entrevista de Michel Toumi que yo diría imprescindible para cualquiera que se dedique a esto de las leyes:

el «derecho a entender» de las personas debe ser mandamiento cuando hablamos de temas administrativos, fiscales… legales, en definitiva.

Nosotros nos hemos dado por aludidos en ese tirón de orejas a los operadores jurídicos y hemos recogido el guante que lanzan Carlos y Michel:

Este proyecto es nuestro granito de arena a favor de ese derecho a entender.

Si conseguimos aclarar alguna duda, desenredar alguna madeja jurídica o hacer un poco más comprensibles los tecnicismos propios de la materia sin perder rigor científico, habrá merecido la pena.

Y, sobre todo, esperamos que después de visitar esta web no vuelvas a perderte en ningún laberinto jurídico.

No olvides tu sombrero de explorador, tu brújula de exploradora, tu navaja suiza y tu linterna. El mapa lo ponemos nosotras 😉

¡¡Empieza la aventura!!